sábado, 28 de mayo de 2011

Sentirse vago trabajando 7 días a la semana

Parece ser que trabjar 6 días a la semana no es suficiente en mi empresa. Últimamente les ha dado por fabricar pizzas los sábados. Evidentemente hace falta personal para cubrir ese día. Hasta en tres ocasiones he conseguido zafarme de la petición de mi jefe para ir a trabajar ese día. Considerando que mi renovación estaba cerca, pensé que, por un día no me iba a matar trabajar en sábado. El problema es que esa semana me quedaba sin días libres y enlazaba nada menos que 13 días consecutivos yendo "al tajo". Para más INRI, en todos ellos me ha tocado el temido turno de mañana (de 6 a 14), que obliga a un madrugón exagerado y me deja exhausto para el resto del día.
Con menos ganas de las habituales(que no suelen ser desbordantes) me presenté en la factoría el sábado por la mañana, pensando que iba a ocupar el lugar de Stajanov en los libros de historia laboral. Pero ese lugar no va a estar reservado para mí. Nada más llegar vi a un operario pakistaní ejecutando la tediosa tarea de agrupar por parejas las masas de pizza que venían por la línea de producción. Este compañero había trabajado conmigo toda la semana. Me comentó que, además de estos 7 días en la fábrica, había trabajado la tarde anterior en un Kentucky Fried Chicken, "fazaña" que pensaba repetir al día siguiente.
Luego saludé al jefe de turno, al que no conocía, ya que hace el turno de noche. Le pregunté qué hacía a esas horas, siendo habitual de las noches. Su respuesta me dejó de piedra. Había hecho el turno de noche y lo estaba enlazando con el de mañanas. Me dijo que llevaba 4 sábados seguidos haciendo lo mismo. Y parece ser que no era el único.
Ayer, notando mi supervisora que estaba un tanto tocado (era el último día de mis 13), me preguntó si tenía otro trabajo aparte. Ante mi cara de extrañeza, me confesó que ella limpiaba casas en sus ratos libres.
Se suele decir que no hay que vivir para trabajar, sino trabajar para vivir. En este caso se va más allá. Esta gente no vive, para trabajar. De momento no se me ha contagiado tan peligrosa enfermedad, pero no sería mala idea ir pensando en cambiar de entorno laboral...

domingo, 15 de mayo de 2011

Eurovisión 2011:Que nos quiten lo bailao



Este año tenía mis dudas de poder seguir el Festival de Eurovisión en mi casa. Habían eliminado a Polonia en semifinales, y mis compañeros de piso no creo que hubieran estado muy interesados en él. Así que les propuse a un par de españolas de Windsor la idea de reunirnos para verlo y aceptaron. El sábado por la tarde aparecí en Windsor tras la pateada de rigor. Se estaba celebrando un festival equino, que daba mucho color a la ciudad, pero restaba atención a lo que realmente importaba. Buscamos algún garito donde retransmitieran la gala, pero al preguntar,los dueños se nos miraban muy extrañados. Cansados de tanta incomprensión fuimos a casa de una de las amigas donde pudimos contemplar el fastuoso espectáculo. Y es que este año, el escenario era realmente espectacular. Pantallas gigantes, fuegos artificiales, escenarios amplísimos... Los alemanes echaron la casa por la ventana ofreciendo un show impresionante. Lástima que a la forma no le acabara de acompañar el fondo. Este año la mayoría de canciones me han parecido bastante insulsas. Algunas lo intentaban compensar haciendo un poco(o mucho) el payaso, como los gemelos irlandeses con un tupé rubio kilométrico, o los "cabezaconos" moldavos.
Sin embargo, hubo algunos temas que me llamaron la atención. Como el griego, de tono dramático, muy a tono con la situación del país. La canción italiana, con tonos jazzisticos, no muy comercial, pero cuya calidad le llevó al segundo puesto. Mención especial para el tema francés. Una ópera de corte antológico cantada en corso, de largo lo mejor del festival, aunque quizá demasiado serio para triunfar. Según he leído en algún foro, el tenor desafinó bastante. La ventaja de ser un pánfilo en materia musical es que ni me enteré, y me encantó la canción.
La ganadora del año pasado, la germana Lena, volvió este año para interpretar una canción no exenta de calidad, aunque poco pegadiza. Si el año pasado nos cautivó con su frescura y naturalidad (por lo menos a mí), este año se le veía aún más guapa, pero mucho más sobrada y diva. Y eso seguro que le restó puntos.
El tema ganador (Azerbayán) no me dijo gran cosa. Algo debe de tener para haber ganado. Y no sólo por los puntos que le llegan de sus vecinos. Algo ayudan, pero si fuera sólo eso, Alemania no hubiera ganado el año pasado, ni Italia hubiera quedado segunda en esta edición. Y esto enlaza con los agonías que echan la culpa a la geopolítica de que España no salga del furgón de cola edición tras edición.
La canción española no era gran cosa, para qué nos vamos a engañar. La cantante Lucía Pérez hizo lo que pudo, pero para destacar entre 25 canciones hay que llevar algo muy pegadizo, o de gran calidad o que tenga algo especial. "Que me quiten lo bailao", era algo pegadiza, pero ni tenía calidad ni era especial. Así que no me sorprendió este puesto tan bajo. Incluso teniendo en cuenta que este año, la competencia no era, ni mucho menos, encarnizada. De todas formas, pocas veces una canción española ha sido un reflejo tan atinado de la situación que vive el país. Vamos camino de los 5 millones de parados, con un gobierno a la deriva , una oposición "en Babia", una crisis económica de la que no se ve la salida, cientos de miles de jóvenes "ni-ni" y no levantamos cabeza en Eurovisión. Pero no pasa nada, tenemos el fútbol y la fiesta.¡Que nos quiten lo bailao!

miércoles, 4 de mayo de 2011

Pototeo virtual

Aprovechando una oferta que no pude rechazar, me inscribí en una página web destinada a facilitar el pototeo. Entré con varios objetivos. Conocer gente, practicar inglés, pototear lo que se pudiera y ya puestos, encontrar al amor de mi vida (por pedir...). Si todo salía bien, podía matar muchos pájaros de un tiro.
Dicen que los comienzos son duros. Así, mis primeros días en esta website fueron bastante frustrantes. Me di cuenta que las maromadas se extienden por todo el mundo conocido, y han copado también el entorno virtual. Tenía que ser original para destacar entre la muchedumbre. Me fijé en que el 90% de las descripciones que la gente hacía de sí mismos contaba con alguno o todos estos elementos:
-Es difícil describirse a uno mismo.
-Tengo muchos amigos pero me falta esa "persona especial".
-Mis amigos dicen de mí que soy...(características positivas como abierto, digno de confianza, positivo...etc)
-Mi trabajo es muy interesante y me encanta.
-Me gusta ver un DVD disfrutando de un buen vino.
En mi caso, creo que no es difícil describirse a uno mismo. Al fin y al cabo,¿a quién conocemos mejor que a nosotros mismos?. No tengo muchos amigos, pero todos son para mi "personas especiales". Tengo cosas buenas y malas, pero no necesito a mis amigos para que me las digan. Mi trabajo es bastante monótono y la verdad es que me gusta ver DVD's y beber vino, pero nunca lo hago simultáneamente.
No pudiendo usar estas muletillas tan poco sugerentes, me dediqué a impregnar mi descipción de ironía y humor sutil, que, estoy seguro que espantó a la mayoría, pero atrajo la atención de unas pocas. Probablemente las que más valían la pena.
Porque gracias a esta página de la que pocos usuarios presumen he tenido las siguientes citas:
-Una divorciada que había vivido 5 años en Zambia y jugaba a polo.
-Una artista de Broadway. En realidad es una administrativa que pinta en sus ratos libres y que vive en el barrio londinense de Ealing Broadway. Pero no deja de ser una "artista de Broadway".
-Una cita a ciegas. Tan a ciegas que, aparte de no haber visto una foto previa de la chica, no sabía ni de qué raza era. Al llegar me encontré con una negra de 1,80. Con sorpresas así, ¿quién quiere certidumbres?
-Una francesa de Ascot, con la que quedamos en Windsor, en un puente sobre el Támesis. ¿Se puede pedir más glamour a una cita?
-Una germanooriental que me enseñó la zona costera de Dover, Deal y Folkestone. Sin duda la mejor cita, no solo por el entorno...
-Un auténtico angelito(alta, rubia, de ojos azules y sonrisa magnética) interesada en aprender español. Lo malo es que, efectivamente, esa era su única intención. Pero puestos a enseñar, dame ese angelito y quítame alumnos de la ESO.
-Un hembrón de 1,80, que había vivido 3 años en India, con la que compartí un hermoso atardecer en el Hyde Park.
-Una 6 pies (1'84 m) de categoría que aparentaba por lo menos 7 pies de lo estirada que era. De hecho, vio una libra en el suelo y ni se agachó a recogerla ( Yo sí, por supuesto).

Tras un frío otoño, seguido por un solitario y oscuro invierno, esta página me ha dado la vida. Porque ir a trabajar un domingo a las 6 de la mañana se hace menos cuesta arriba si has quedado a las 4 de la tarde con una metro ochenta en el centro de Londres. Porque no es lo mismo visitar los acantilados de Dover por mi cuenta y riesgo que hacerlo con una encantadora alemana del este. Y porque la ilusión, la lírica y la emoción, que habían sido enterradas por mi trabajo fabril y repetitivo, volvieron a ver la luz.
Aunque, a decir verdad, lo cierto es que pototeo, lo que se entiende por pototeo, ha habido más bien poco. El efecto "Quallity Controller" dejaba de ser efectivo cuando las más materialistas se enteraban de que comparto casa con 10 polacos. Algunas de mis gracias virtuales no parecen ser tan graciosas a la luz del día. En algún caso, he tenído que competir con el recuerdo de anteriores relaciones. Otras veces fallaba la química. Y alguna vez no ha fallado nada de eso, pero por razones que se escapan a mi entendimiento (nunca acabaré de entender a ese ser tan complejo a la par que complicado llamado mujer), simplemente han preferido que se perdiera el contacto poco a poco sin dar muchas explicaciones.
Así que me temo que, como decía el genial (sobre todo cuando no se mete en política) Sabina, seguiré recostando mi cabeza en el hombro de la Luna. Y le hablaré de esa amante inoportuna, que se llama Soledad...