lunes, 16 de abril de 2012

Rigidez comercial

El sábado pasado, en uno de mis maratonianos paseos por el Gran Londres, acabé en el barrio de Crystal Palace. La zona está situada en una colina y cuenta con un parque muy agradable con unas vistas magníficas. En la calle principal me llamó la atención un cartel en un establecimiento de comida rápida ofertando hamburguesas de cordero a una libra. Tenía curiosidad por probarla y más a tan razonable precio. Al pedirla, el propietario me dijo que el cartel del exterior no estaba vigente y no podía pedirme la hamburguesa sola. Me indicó un cartel en el interior que ofrecía dicha hamburguesa con patatas y bebida por dos libras. Oferta más que tentadora. Le pregunté qué bebida incluía el "pack" y me enumeró 4 ó 5 variantes de Coca-Cola. Le comenté que no quería Coca-Cola y le pregunté si podía pedir otra bebida (unas latas de "Mirinda" en el frigorífico estaban diciendo "bébeme"). Su respuesta fue tajante: "Try next door" o lo que es lo mismo, "prueba en otro sitio".Entre el clásico comercial agresivo que le vende un peine a un calvo y éste le acaba comprando media docena, sólo para que le deje respirar, y el dueño de esta hamburguesería, tiene que haber un término medio...