lunes, 19 de noviembre de 2012

Dios Salve a la Reina, ¡che!

Lo más cerca que estuve en mi vida de acudir a un conciento de Queen fue en agosto de 1986. La última gira que hizo el grupo británico, lo trajo a Marbella. Yo estaba veraneando en Torremolinos y en una visita a la capital del lujo hortera, pude leer en un periódico local la crónica del concierto del día anterior. Pero en esa época mis gustos musicales se limitaban al mítico "Azul y Negro", además de no disponer de la autonomía suficiente para presentarme por mi cuenta en un evento de tal magnitud.
  Dado que el único milagro que Queen ha podido hacer ha sido en forma de una canción y su correspondiente disco, aquella fue mi última oportunidad de presenciar tamaño espectáculo.
  Por eso la visita a Huesca del grupo "Dios Salve a la Reina" (unos sosias argentinos de Queen), iba a servir para, aunque fuera, matar el gusanillo. Tenía pensado asistir con un amigo, pero las entradas se agotaron y tuve que ir sólo. Tras haber acudido a cientos de eventos por mi cuenta y riesgo, esto tampoco suponía un grave problema para mí.
 Al acudir a la plaza de toros vi un detalle que me extrañó. A pesar de que se había vendido todo el papel, no habría más de 100 personas esperando a que se abrieran las puertas. Según mis eficientes cálculos, para llenar una plaza de toros hace falta algo más que eso. La respuesta al enigma la tuve ante mis narices unos minutos después cuando me encontré con una carpa que ocupada algo menos de la mitad del albero. Mi idea de un multitudinario concierto en un abarrotado coso taurino se había desvanecido.
 La velada contaba con un par de grupos oscenses especialistas en versiones de pop y rock llamados "The Skulls" y "You Rock". No soy muy partidario de que haya teloneros en los conciertos a los que asisto. Se supone que una de sus misiones es "calentar al público" y prepararlo para el grupo principal. Pero yo soy frío y calculador, y lo único que consiguen es que cuando empiece el plato fuerte, ya esté cansado. Aunque también es una forma de dar a conocer grupos no consagrados. Y estos dos no estuvieron nada mal. Aparte que consiguieron que mi inversión de 15 euros en la entrada apareciera como más rentable.
 Ligeramente pasadas las 12 de la noche,"Dios Salve a la Reina" apareció en el escenario. Entonces me di cuenta de que había cometido un craso error. Los componentes de la banda tenían un aire a los originales. Sobre todo el cantante, que se parecía mucho al propio Mercury. El "falso Brian May" tenía el pelo largo y rizado, pero al fijarse un poco estaba claro que no era él. El batería lucía un rubio teñido para aproximarse al auténtico Roger Taylor. Respecto al bajo...la verdad es que se parecía nada a John Deacon, auque eso sí, tocaba muy bien el bajo. Yo creo que si me hubiera ubicado más lejos del escenario, me hubiera sido más difícil detectar las diferencias, y quizá a ratos, me hubiera dado la impresión de estar ante los auténticos Queen. Pero para eso sólo hacía falta cerrar los ojos, ya que hay que reconocer que la imitación está muy bien hecha. Los 4 miembros son muy buenos intérpretes y la voz de Pablo Padín es sorprendentemente parecida a la del genio de Zanzíbar.
 La secuencia de canciones coincidía básicamente con el concierto que Queen dio en Wembley en la gira de 1986. La imitación es casi perfecta, incluyendo los movimientos, vestuario y todo tipo de detalles. Incluso el cantante se dirigía a la audiencia en inglés. Ciertamente me hubiera chocado bastante que el solista nos hubiera soltado algo como "¡No me sean boludos!".
  Es lo que se puede pedir a unos imitadores; que sean lo más fieles posible al original. Pero en este caso se las apañaron para aportar algo extra. Cantaron "I want it all", que nunca fue interpretada en directo por Queen y tras el clásico final con el "God save the Queen", nos obsequiaron con un bis en forma de la vibrante "Don´t stop me now". Y como curiosidad, al interpretar el clásico "We will rock you", Padín estaba envuelto en la bandera argentina, en lugar de la "Union Jack". En resumen, aunque se le acerca bastante, asistir a un concierto de "Dios Salve a la Reina", no es lo mismo que ir a uno de Queen. Pero no será porque la banda argentina no haga todo lo posible para acercarse al máximo a los británicos. Y al fin y al cabo, me hicieron pasar un rato muy bueno, que es lo que busco cuando voy a presenciar un espectáculo.