sábado, 17 de abril de 2010

¿Es conveniente manipular al lector?

En mi blog he hecho alguna vez mención a las promociones del periódico Público, que me parecen muy buenas. Es decir, lo contrario que el diario. Los sábados regalan una colección de libros de pensamiento crítico, que por dos euros (periódico incluido), son un auténtico chollo.
Hace un tiempo, las promociones de la prensa eran poco sopspechosas de tendenciosidad. Por ejemplo, si se ofrecían películas, se procuraba que éstas fueran de calidad. Últimamente parecen pesar más otros criterios políticos. En este caso, la colección de pensamiento crítico cuenta con autores de gran trascendencia (Engels,Chomsky,Tomás Moro, Trosky o Rosa Luxemburgo), en general bastante escorados a la izquierda. Ciertamente se me haría raro que "Público" incluyera "Mi lucha", "Rebelión en la Granja", "Archipiélago Gulag" u obras de Stanley Payne, o César Vidal. Lo que ya no veo tan bien es lo que han hecho hoy. El libro que ofrecían, contenía dos obras:"El arte de la mentira política", de Jonathan Swift, y "¿Es conveniente engañar al pueblo?, de Nicolas de Condorcet. Hasta allí todo perfecto. Pero en un alarde de sutilidad, en la página 3 aparece la foto de un sonriente Silvio Berlusconi, y en la solapa de contraportada, un no menos sonriente José María Aznar estrechando la mano de George Bush. No creo que así consigan influir y cambiar la opinión de alguien. Aún así se hace al precio de una pérdida importante de credibilidad. Meter unas fotos de unos políticos contemporáneos en una obra que se supone atemporal es un auténtico despropósito.
En la época del monopolio de TVE, los telediarios marchaban al paso que les marcaba el gobierno. Pero el resto de la programación se librara. Ahora se intenta influir en todo. Programas de humor se centran en criticar y satirizar a políticos. En retransiones deportivas se aprovecha cualquier excusa para meter "morcillas" que poco tienen que ver con el juego. Lo que antes eran dos o tres páginas de columnas y opinión, se expande a todo el periódico para teñir las noticias del color que interese. Por no hablar de la presencia de un periodista en un programa de niños, rogándoles a éstos que no votaran a cierta opción política.
Personamente me cansa que me insistan y señalen quienes son "los malos y quienes son los buenos". Como si el ser de un color político pudiera librar a la gente de los vicios humanos.
Algunas veces agradezco que me faciliten las cosas y me las den hechas. Pero de momento no me apetece delegar la tarea de pensar y decidir qué es bueno y qué es malo.