lunes, 28 de marzo de 2011

Regata Oxford-Cambridge

Siguiendo con mi política de presenciar el máximo número de acontecimientos deportivos que se celebran en Londres, no podía despreciar la oportunidad de acudir a ver la mítica regata que enfrenta a las universidades de Cambridge y Oxford. Me enteré unos días antes de casualidad navegando por internet. Esto no es como Huesca, donde oportunos carteles pegados en las fachadas nos avisan de los eventos.
Me informé del recorrido y decidí ir a ver la prueba a la zona de Hammersmith. Nada más bajar del metro, una marea humana se dirigió al puente y sus proximidades.Me metí por un paseo paralelo al río donde había un ambiente impresionante. Estaba abarrotada de gente esperando a los remeros pinta en mano. Al final del paseo se encontraba un parquecillo donde la organización había instalado una pantalla gigante. Había además, numerosos puestos de bebida y comida, amén de una banda de música. La gente hacía botellones en el césped, recordándome la entrañable y alcoholizada celebración de San Jorge en Huesca. Ciertamente era un ambiente muy propicio para el pototeo, y además a plena luz del día. Me llamó la atención que la gente se venía arriba cuando presentaban a los remeros en la televisión, cual si fueran ídolos.Quizá en cierta manera lo sean.
A pesar del ambiente, en esa zona, la visibilidad sobre el Támesis era pobre. Así que me fui al puente de Hammersmith, que estaba también a rebosar. Cuando un helicóptero de televisión pasó sobre nuestras cabezas, tuve una sensación parecida a la de estar esperando a los ciclistas en el Tour de Francia. Mucha gente esperando un buen rato para ver unos segundos a unos deportistas. No parece que cubique mucho. Pero ese ambiente previo es una experiencia fascinante.
Al rato, se empezaron a escuchar gritos de los aficionados y un enjambre de barcas se divisaron en el horizonte. Los remeros llevaban una nutrida comitiva, entre organizadores y policías. Al paso por el puente, los remeros de Oxford llevaban una ligera ventaja. Nada más perderlos de vista, me acerqué al parque a ver el final. Oxford se llevó esta vez la regata, a pesar de las previsiones que daban como favoritos a sus rivales. Y luego siguió la fiesta...
La experiencia resultó muy interesante. Como amante del deporte, me encanta ver como en otros países se mantienen tradiciones centenarias y se presta atención a otros eventos deportivos aparte del fútbol. Como prueba, un cartel colocado en la pantalla gigante que rezaba:"En esta pantalla no se va a transmitir ningún partido de fútbol".

2 comentarios:

Gus dijo...

magníficamente descrito, nos has hecho sentir la regata y su ambiente muy vívidamente.
cómo pronunciaron "Zoe de Toledo" por megafonía?

Rufus dijo...

Gracias Gustavo. Al año que viene a ver si os apuntáis a la fiesta.
No me fijé mucho, pero debieron de decir algo así como "Soii dii tolido". Aquí no se molestan mucho en pronunciar correctamente los nombres extranjeros.