sábado, 11 de mayo de 2013

Sed de cultura

Una de las cosas que más me costó sobrellevar en mi estancia en Inglaterra, fue la falta de actividades culturales. Y no es que los británicos sean unos incultos (bueno, unos cuantos sí), sino que la zona en la que vivía estaba poblada por gente más preocupada en ganar el mínimo para subsistir que en otras cuestiones más elevadas. De hecho, los únicos actos culturales a los que asistí en mi zona, si no recuerdo mal, fueron un recital de monólogos humorísticos y concierto de un imitador de Elvis Presley. En la fábrica donde trabajé la mayor parte del tiempo, mucha gente apenas hablaba inglés, por lo que no me imagino que leyeran a Wilde en sus ratos libres. Tampoco lo hacían mis compañeros de casa. El único libro que vi allí en dos años (aparte de los míos) fue uno con dibujitos que pertenecía a uno de los bebés de la casa.
Así, mi único contacto con la cultura eran mis visitas a la biblioteca, las clases de inglés y las conversaciones filosófico-políticas que tenía con mi amigo chileno.
Por eso, cuando vine a Huesca estaba muy ávido de cultura. Y no es mal lugar para gente en estas circunstancias. A pesar de su pequeño tamaño, la actividad cultural en la capital oscense es muy abundante. Raro es el día en el que no hay una conferencia, un concierto, una obra de teatro, un cursillo, una actividad o una película. Y a veces, incluso coinciden en el tiempo, presentando un dilema al que da gusto tener que enfrentarse. Como muestra,la última presentación de un libro a la que acudí, competía con otras dos esa misma tarde y en la misma ciudad. Algunos "espabilados" dicen que a Huesca no vienen los "peces gordos". Efectivamente, aquí no han venido (ni se les espera) los Rolling Stones o la Filarmónica de Berlín. Pero tampoco vienen todos los días a Madrid o Barcelona. Y si vienen, tampoco es un gran sacrificio desplazarse a esas ciudades por un día. Yo, mientras tanto prefiero aprovechar lo mucho y bueno que tenemos por aquí, aunque no tenga tanto renombre. Por ejemplo, y para que se vea la densidad de actos de la que podemos disfrutar, en la última semana he asistido a: Un concierto de violonchelo, una película de cine turco contemporáneo, un curso de psicología práctica, una sesión de meditación, un recital de música griega y un concierto de percusión al aire libre. Y antes de que los aguafiestas nos vengan con lo de "primum vivere, deinde philosophari" y de que no están los tiempos para gastos superfluos, quiero recalcar que sólo uno de estos actos era de pago. Bienaventurados los sedientos de cultura en Huesca, porque ellos serán saciados.

2 comentarios:

Dina dijo...

Ya sé que no es el tema del post pero... ¡¿¡¿viviste en una casa en la que había bebes?!?!... no dejas de sorprenderme

Rufus dijo...

Efectivamente, en mi casa llegó a haber hasta tres bebés simultáneamente. Aunque ninguno de ellos era mío...