domingo, 8 de enero de 2012

Nochevieja a la española



Hay maldiciones que suceden y se aceptan como algo inevitable. Una es que en cada puente o periodo vacacional va a haber un número considerable de muertos en carretera. Otro es que en fechas concretas, inevitablemente, nos meterán una clavada de las buenas si comemos o cenamos fuera de casa. Y nos decimos a nosotros mismos.."un día es un día", y hasta la siguiente...
El plan para esta Nochevieja era ir a cenar con unos amigos en un restaurante español en Windsor. La cena iba a estar amenizada por una orquestilla. No sonaba mal plan.
La alineación la componían una informática de Barcelona (a la que se le ocurrió la idea), una amiga suya brasileña, que, desmintiendo el tópico, era todo seriedad, y una pareja polaco-canaria. Curiosa combinación, que sin embargo, funciona. La cena consistía en una selección de tapas (calamares, chorizo, tortilla de patata, champiñones, paella...) muy sabrosos y bien hechos. La verdad es que por estos lares no disfruto habitualmente de dichos manjares. No porque no se pueda comprar la materia prima y cocinarlos,sino porque no vienen precocinados, que es lo que a mí me cubica.
A pesar de que el número de tapas era considerable, no se puede decir lo mismo del tamaño de los platos.Así, al dividirlos entre los 5 comensales, la cantidad era bastante escasa. El postre (una mousse de chocolate) ayudó a remontar la situación debido a su calidad y sobre todo, su tamaño. Como dije en una entrada anterior (entonces refieriendome a las mujeres), mi filosofía a la hora de mover el bigote fuera de casa es "caballo grande, ande o no ande". Y lo que más valoro al salir de un restaurante es, aparte de la calidad-precio y el servicio, la sensación de saciedad.
La comida estuvo regada por un "vino de la casa" , que más bien debería haberse denominado "vino de la mansión", debido a las 19 libras que costaba la botella. Eso sí, era un Rioja bastante decente. Acabada la cena, un trío sudamericano formado por un guitarra, un violonchelista y una cantante de poderosa voz empezó su actuación. Interpretaron con bastante acierto grandes clásicos de la música hispanoamericana que animaron bailar a la mayoría del personal. Se acercaba la medianoche, y siguiendo nuestra secular tradición, pedimos una botella de cava y un plato con uvas de la suerte. A falta de una Marisa Naranjo o un Ramón García, esta vez las "campanadas" fueron narradas por la cantante del trío musical. A pesar de que lo hizo de forma un poco acelerada, pudimos con las 12 uvas y afrontamos el año 2012 con toda la suerte que se supone que proporcionan dichas frutas.
La "dolorosa" hizo honor a su nombre, acrecentado por lo especial de la fecha. Mi amiga informática (siempre son útiles en todo tipo de situaciones) hizo una división razonable, que aún así me obligó a pagar 59 libras. No quiero imaginar a cuánto le salió la broma a nuestro amigo polaco que no paró de pedir cervezas durante toda la noche. Ya sé que era una fecha señalada, nos lo habíamos pasado bien, la comida era buena (pero escasa), al personal se le paga doble (eso espero) y la orquestilla dio bastante vida. Pero no puede dejar de pensar en el pedazo de comilona que, con ese dinero, te puedes pegar en cualquier restaurante que no sea vanguardista.
Ya íbamos a retirarnos cuando la noche me reservaba la última sorpresa. Había una chica que no paraba de bromear con el personal del restaurante mientras bailaba apoyada en sus tacones. Hablando con ella vi que su acento no era muy British. Nada más lejos, ya que resultó ser de Huesca. Definitivamente el mundo es un pañuelo. Estuvimos un rato hablando y añorando nuestra amada tierra oscense hasta que cerraron el bareto. Eran ya las 3 de la madrugada, me esperaba una buena caminata hasta casa y tenía que levantarme a las 5 para ir a trabajar. Si trabajar el día de Año Nuevo se hace cuesta arriba, es el Mortirolo si sólo se ha dormido una hora. Pero como decíamos en Eurovisión..."¡que nos quiten lo bailao!"

5 comentarios:

Gus dijo...

Una buen dispendio, pero un día es un día, quédate con que te lo pasaste bien. Mejor recordar dentro de un tiempo que te lo pasaste bien con clavada, a contención del gasto con tedio en casa.
¿Hubo algún intento por parte de los parroquianos de hacerse con el micrófono? Estoy seguro que algún lector del blog heterodoso, al menos lo habría intentado.

Rufus dijo...

Pues sí. El año pasado no sólo me salió la cena gratis, sino que además gané dinero (trabajé de camarero). Pero evidentemente este año lo pasé mejor.
El público esstuvo bastante contenido y nadie perdió los papeles. Windsor es un sitio "posh" y eso se nota.

Tyrannosaurus dijo...

Como tu dices un día es un día. Al final siempre nos tira la comida de la tierra, y es que hoy por hoy, es de lo poco que podemos presumir por estos lares.
¿Una brasileña seria?, supongo que distes con la excepción que confirma la regla, y es que creo que hay tantas posibilidades de encontrar una carioca seria como un aleman que guste de contar chistes en su puesto de trabajo.

Rufus dijo...

Ten en cuenta que muchos brasileños son de origen alemán. En este caso bien podía ser por sus facciones y su carácter.

cuidado del cabello dijo...

Una buen dispendio, pero un día es un día, quédate con que te lo pasaste bien. Mejor recordar dentro de un tiempo que te lo pasaste bien con clavada, a contención del gasto con tedio en casa.
¿Hubo algún intento por parte de los parroquianos de hacerse con el micrófono? Estoy seguro que algún lector del blog heterodoso, al menos lo habría intentado.