El viaje en tren desde Múnich me sirvió para presenciar majestuosos paisajes prealpinos. Una buena opción hubiera sido tomar dirección sur rumbo a Insbruck para internarme en ellos, pero eso complicaba bastante mi ruta. Otra vez será.
La estacíon de Salzburgo está un poco alejada del centro. Podría haber cogido un autobús y haber llegado cómodamente a mi albergue. Pero pensaba que no iba a hacer falta al ser una ciudad pequeña. Además..¿qué emoción tiene eso? Así que armado con una brújula y un par de impresiones del Google Maps, me dirigí al hostel. No me fue muy difícil llegar al centro. La verdad es que prometía bastante, pero quería visitarlo sin mochila a cuestas, así que seguí mi camino.
No era tan fácil como parecía, ya que la ciudad cuenta con una colina que acaba en un acantilado, que ha de rodearse o atravesar por una serie de túneles peatonales. A base de ensayo/error fui probando rutas, para ver que no acababa de orientarme. La situación empezaba a desesperarme, así que decidí asegurar el tiro y tomé una carretera de circunvalación, que hizo la ruta mucho más larga, pero por lo menos pude llegar a mi destino.
Elegantes galerías |
Kory iba a estar 5 días en la ciudad y decidió alquilar una bicicleta para moverse durante ese periodo. Me propuso alquilar otra por unas horas, pero viendo las marabuntas de turistas que había por el centro, no lo vi muy práctico. Así que nos separamos por un rato.
Recorriendo las calles de Salzburgo uno entiende que de allí surgiera un genio como Mozart. La gran cantidad y belleza de un gran número de iglesias, palacios, jardines... es mucho más inspiradora que una ciudad anodina como... (puntos suspensivos para evitar herir susceptibilidades).
Volví a ver a mi compañero para ver cómo, en un mercadillo callejero de comida italiana le cobraban 15 euros por unas aceitunas, queso y chorizo seridos en un humilde plato de plástico.
Como el día anterior, empezo a llover, y también como el día anterior, me había dejado la protección contra la lluvia en el albergue, así que decidí volver al mismo.
Antes de cenar me pasé un rato por la sala de estar, donde un par de chicas trajeron un DVD de la película "Sonrisas y Lágrimas" y lo pusieron. No podía ser más acertada la elección, ya que dicho musical está rodado en Salzburgo. De hecho, una de los "tours" turísticos que se ofrecían en la ciudad era la ruta "The Sound of Music", nombre original de la película.
Vistas desde el castillo |
Esta vez la temperatura del dormitorio permitió una noche sin sobresaltos, hecho al que colaboró que mis compañeros de habitación no estuvieran aquejados de "motosierrismo".
Por la mañana fui a coger el tren acompañado de Cory. Aprovechamos para hacer una última (espero que penúltima) visita a la ciudad y nos despedimos en la estación en pos de nuevas aventuras.