martes, 21 de septiembre de 2010

Estreno laboral

El objetivo de todo buen emigrante que se precie es encontrar un trabajo lo antes posible. En mi caso, la cosa no era tan urgente. He conseguido un alojamiento barato y tengo ahorros para resistir un tiempo. Pero la tentación es fuerte. Así que callejeando por Windsor vi un cartel de “kitchen porter wanted”. El año pasado estuve 5 meses haciendo tan oscura tarea, pero parece que no fue suficiente escarmiento. Así que entré a preguntar en el establecimiento, que se trataba de un restaurante grecochipriota. Allí me dijeron que no me podían ofrecer jornada completa. Mejor. Prefiero trabajar menos y tener tiempo para otras cosas. No he venido aquí para hacerme rico. El camarero me hizo 2 o 3 preguntas, llamó al manager y éste me dijo que fuera el miércoles por la tarde. Un poco informal me pareció la cosa. Así que el miércoles aparecí sin mucha fe. Ciertamente mis sospechas no eran infundadas. El mánager me dijo que esa tarde habían metido a otra persona, y que me pasara el viernes por la mañana. Le di mi número para que me avisara si cambiaba de idea y le me dio una hoja con los turnos. El sábado por la mañana me presenté de nuevo y esta vez sí, empecé a trabajar a las órdenes de un cocinero portugués, bastante cordial en un principio, pero que demostró no tener muy buen fondo. La mañana fue más bien tranquila, así que pude desempeñar las tareas propias de mi cargo con relativa comodidad. A las 16 h me dieron un descanso de una hora (había empezado a las 9). Me dijeron que cogiera fuerzas porque por la tarde habría música en el bar y la cosa estaría animada. Y vaya si lo estuvo. A partir de las 20 h empezaron a acribillarme con cacerolas, cubiertos, vasos, platos, tazas… Fui capeando el temporal como pude, pero a partir de las 22 h se intensificó el acoso. Para más INRI, a última hora los camareros y el cocinero me metían prisa porque hasta que no acabara yo, no se podían ir. Seguramente no sospechaban que la persona con más ganas de acabar e irse para casa en este mundo era yo. Algunos, en vez de quejarse, con más inteligencia ,me ayudaron y pude salir vivo de allí a las 12 de la noche, con la nítida impresión de que no me jubilaría en esta empresa.

2 comentarios:

Gus dijo...

de dónde era el portugués? no era partidario de una unión ibérica entre hermanos?
deberías llamar a otras ofertas de trabajo aparte de "kitchen porter", no había muchas en Windsor?
si te llegan a dar jornada completa a saber a qué hora habrías terminado...

Rufus dijo...

Era de Madeira, y no creo que fuera muy partidario de la unión ibérica.
Ya estoy tanteando otras ofertas. A ver si se materializan en proximas fechas.