miércoles, 26 de enero de 2011

Zagreb (II)



Mi primer día en Zagreb amaneció soleado y despejado. Acostumbrado a la brumosa y nublada Inglaterra, no pude aguantar mucho tiempo en el piso y fui con mi amigo a dar una vuelta por la ciudad. A plena luz del día, y con gente por las calles, mi imagen, un tanto sombría de la ciudad cambió bastante. Apenas unos minutos después de haber iniciado nuestro paseo, nos encontramos con un auténtico VIP paseando por la ciudad. Se trataba del mítico tenista Goran Ivanisevic, acompañado de su escultural mujer y sus, de momento no tan esculturales hijos. Como la cosa iba de mitos, nos acercamos al pabellón donde solía jugar la Cibona de Zagreb en su época gloriosa. Entramos al recinto y no vimos ni a Petrovic ni a Knego, pero pudimos disfrutar de un bonito espectáculo. Un grupo de tinajeras patinadoras sobre hielo estaba entrenando y haciendo acrobacias al son de la música.
Una visita turística no es completa si no se entra a un supermercado local. En este caso, aquí dominan los Konzum(nada que ver con su cuasi-homólogo español). Se percibía la herencia comunista en las grandes colas que se formaban en ellos. Así que decidimos ir a un símbolo de la europa capitalista como el Lidl. Allí, además de ver carne de cerdo de marca "Cerdo"(sic), tuve el honor de ser atendido por la señorita Petrovic. No creo que tenga parentesco con el genio de Sibenik, pero me hizo ilusión.
El plato fuerte de la jornada era un partido de baloncesto de la liga Adriática (formada principalmente por equipos de la antigua yugoslavia). En este caso, se enfrentaban el KK Zagreb contra el Krka esloveno. En el equipo local juegan dos viejos conocidos de la ACB ya en el ocaso de sus carreras: Mulaomerovic y Mario Kasun. Siendo el baloncesto un deporte tan importante en Croacia, esperaba algo más de ambiente. Aún así fue un partido entretenido con detalles de calidad, como no podía ser menos tratándose de jugadores ex-yugoslavos. Se impuso con claridad el equipo local, lo cual nos dio la excusa perfecta para salir a celebrarlo esa noche.
El destino elegido para saciar nuestros deseos de ocio nocturno era una discoteca a las afueras de la ciudad, a orillas de un lago. Por lo visto es una zona muy turística, pero a esas horas daba más miedo que otra cosa. Tras la pateada de rigor, tanto la primera opción como la de reserva estaban cerradas, parece ser que por reformas.Nos metimos en una discoteca llamada Aquarium. A pesar de ese nombre, en ningún caso nos sentimos como pez en el agua. El sitio no estaba mal, pero había demasiada gente, y la música, a un volumen demasiado elevado como para ni siquiera imaginar pototear en croata. Volvimos a un bareto que habíamos visto de camino, y que resultó todo un acierto. Aparte de más espacio vital, la música era croata. La verdad es que en el anterior garito no vi mucha diferencia entre estar en España, en Croacia o en el Reino Unido, ya que la música era la misma. En el segundo bar se respiraba otro ambiente. Nos retiramos a una hora prudente. Esto de madrugar me está echando a perder... Pero no iba a ser tan fácil la cosa. Cogimos un tranvía equivocado y nos dimos cuenta cuando empezaron a aparecer campos que nos alejaban del centro. Nos bajamos y esperamos otro tranvía de vuelta. Pero no aparecía ninguno, así que tocó patear. Tras media hora, llegamos a la parada donde habíamos cogido el tranvía y decidimos no arriesgar. Pateada de casi una hora más y en casita sanos y salvos.

2 comentarios:

Tyrannosaurus dijo...

Interesante viaje, veo que no exento de aventura.
Hablando de mitos croatas, te has dejado a Kukoc. Yo aun recuerdo aquellos maravillosos Bulls liderados por Jordan y secundados por Kukoc, Pippen y Rodman entre otros.

Rufus dijo...

Hablar de Kukoc en un artículo sobre Zagreb hubiera sido meterlo con calzador. No olvides que era de Split. Grandes los Bulls, aunque para mí fue más mítica la Jugoplastica de Kukoc, Radja, Perasovic, Ivanovic, Naumoski o Ivanovic. Nunca he visto tanto talento junto en un club.