miércoles, 19 de septiembre de 2012

Peripecias olímpicas

Debido a cuestiones técnico-burocráticas-económicas he estado más de un mes sin internet en casa. Eso ha hecho que haya descuidado mi blog más de lo deseable. Me he ido apañando con visitas a la biblioteca o usando un ordenador en la cantina de mi trabajo con acceso a internet. Pero un purista de la ortografía como yo se niega a publicar una entrada sin tildes ni eñes. Debido a esta ausencia, las próximas entradas van a estar algo desfasadas en el tiempo. Si eso no nos importa al leer clásicos inmortales como "Los Tres Mosqueteros" o "Las Aventuras de Huckleberry Finn", espero que sea lo mismo con mis últimas aportaciones. Cuando este año se acercaba el verano me di cuenta de que iba a estar muy cerca de uno de los acontecimientos más legendarios para un amante del deporte como yo:Los Juegos Olímpicos. Mi gozo se fue al pozo cuando los periódicos comentaban que las entradas habian volado en cuestión de horas. Ya me hice idea de ver alguna prueba abierta al público como la maratón o el ciclismo en ruta. Un día, a dos semanas de la inaguración, se me ocurrió visitar la página oficial. Vi que aún quedaban entradas a la venta, y algunas a precios razonables. No sé si los periódicos habían exagerado o se trataba de gente que había devuelto sus localidades. El atletismo y el baloncesto estaban por las nubes, y otros deportes coincidían con mi horario laboral. Así que acabé comprando un boleto para una sesión de voleibol femenino que incluía dos partidos. No es que sea un deporte que siga mucho, pero es ciertamente muy plástico y espectacular.
Los partidos se celebraban en Earl´s Court, un pabellón situado en el Oeste de Londres, fuera del anillo olímpico. Mejor para mí, ya que en un viaje en metro de unos 40 minutos ya estaba allí. Nada más salir de la estación pude respirar el ambiente olímpico. Numerosos carteles y voluntarios indicaban el camino al pabellón. Se formó una marea humana que sólo había visto en partidos de fútbol. La entrada al pabellón estaba custodiada por soldados que hacían exhaustivos controles de seguridad. No creo que las aficiones del balonvolea sean célebres por sus hinchas violentos, pero en estos acontecimientos es mejor prevenir que curar. Una vez dentro, pude comprobar que las instalaciones eran propias para albergar grandes acontecimientos, como los Juegos de 1948, pero no los del 2012. No en vano, el Earl´s Court Exbition Centre fue inagurado en los años 30, y aunque se le ha hecho algún parcheado, la instalación es bastante vetusta. Pero no había ido allí a apreciar la arquitectura del lugar, sino a ver super remates y bloqueos de hembrones de 1'90. Como era de esperar, mi localidad no estaba precisamente a pie de pista, sino en una esquina bastante alejada de la acción. El primer partido enfrentaba a Estados Unidos frente a Turquía. Las yanquis partían como favoritas, cosa que demostraron con un claro 3-0, aunque las otomanas les hicieron sudar el primer set, teniendo incluso algún punto para hacerse con el mismo. Dado que no soy muy entendido el la materia no puedo hacer un análisis técnico muy detallado (aparte de que no creo que interese a la mayoría de mis lectores). Sólo puedo decir que la superiridad en el bloqueo de las americanas no pudo ser contrarrestada con el buen hacer en la creacción turca.
La sesión contaba con otro partido entre Serbia y Brasil. Entre ambos partidos tuve una media hora que dediqué a recorrer las históricas aunque avejentadas instalaciones. Aparte de numerosos chiringuitos de comida y venta de recuerdos (esto es más negocio que otra cosa), había una televisión donde se retransmitía el atletismo. En ese momento se iba a celebrar la final de los 100 m lisos, la prueba más mediática. La gente se volvió loca al presenciar la remontada de Usain Bolt, y mostró bastante más entusiasmo del que había dedicado a las jugadoras de voleibol. Si el primer partido no tuvo mucha historia, el segundo fue un auténtico paseo militar de las brasileñas ante el endeble equipo serbio.
A pesar de que eso suponía quitarle valor a mi inversión, agradecí que en ambos partidos sólo se sdisputasen 3 sets. Había trabajado ese día desde una hora muy temprana y empezaba a acusar el cansancio. Aparte de que me daba igual quién ganara. Sólo quería presenciar el espectáculo.Curiosamente, la final del torneo enfrentó a Estados Unidos y Brasil, con triunfo carioca, así que se puede decir que mi elección fue acertada. Al final del partido volví a casa con la satisfacción de deber cumplido. Ya había presenciado en vivo unos juegos olímpicos.

2 comentarios:

Gus dijo...

por fin se ha abierto la espita, ahora deseamos un torrente de posts, aunque estén desfasados.
cómo era el ambiente del partido? familiares y poco más? o gente totalmente entregada?

Rufus dijo...

El pabellón estaba lleno. Por una parte había hinchadas de las 4 selecciones. El resto supongo que seria gente como yo, que sólo quería ver algún evento olímpico.