lunes, 23 de marzo de 2020

KIEV

 El día soleado y de temperatura agradable era una clara invitación a recorrer las calles de Kiev que no cayó en saco roto. 
 La ciudad está atravesada por el río Dniéper y cuenta con numerosas colinas y zonas verdes. Esto hace que pasear por ella sea una auténtica delicia.

Iglesia ortodoxa de San Andrés

 Tras un buen escaneo sin rumbo fijo, decidí que era hora de centrar el tiro. Nunca mejor dicho, porque me dirigí al Museo de la Gran Guerra Patriótica.
 Se trata de un memorial con gigantescas estatuas al aire libre conmemorativas de la Segunda Guerra Mundial. Entre ellas destaca el monumento de la Madre Patria, una especie de Cristo de Corcovado pero de estilo soviético y más belicoso que el brasileño.
Estatuas enormes (compárense con las personas en la parte inferior izquierda)

 Debajo de él, y excavado en la colina, pude visitar un museo del evento. Menos vistoso que el memorial exterior, pero más interesante desde el punto de vista histórico.
 Me bastó un paseo de unos 15 minutos para retroceder casi 1000 años en el tiempo y toparme con el Monasterio de las Cuevas de Kiev. Se trata de un recinto que cuenta con numerosos templos, iglesias y museos. Es como una pequeña ciudad dentro de la ciudad. Para ver bien todo este conjunto monumental y artístico, calculo que harían falta un par de días. Pero como yo no los tenía, me conformé con dos horas.
Entrada al Monasterio de las Cuevas
Algunos de los minutos de ese periodo de tiempo se me hicieron muy largos cuando descendí a las cuevas. Se trata de unas galerías estrechas y abarrotadas de gente, que cuentan con algunas momias que no ayudan a sobrellevar la opresiva atmósfera del lugar. No debían vivirlo así un gran número de fieles que no dejaban de orar junto a tan inquietantes presencias.

 Más agradable fue visitar el interior de algunas iglesias, ricamente decoradas con mosaicos y joyas.
 A diferencia de lo que me había pasado la noche anterior, este día no paré de encontrarme franquicias de los restaurantes Puzata Hata


 El funcionamiento es parecido al de una cantina escolar. Se toma una bandeja y se recorre un gigantesco mostrador eligiendo los platos, que son servidos por unas empleadas. La variedad es enorme, los precios muy ajustados y la calidad muy buena.
 Si a eso sumamos que se trataba de cocina local y de que era mucho menos cantoso ir solo que en un restaurante convencional, no es de extrañar que el Puzata Hata fuera mi local de referencia en este viaje a la hora de llenar la panza.
   хороший апетит (¡Qué aproveche!)
 Y bien que la llené. Casi me costaba andar cuando volví a la calle tras visitarlo. Una buena siesta hubiera sido lo más conveniente. Pero me esperaba el tradicional "Free Tour", actividad indispensable en mis viajes para llegar a donde no lo hacen mi talento natural e improvisación.

 Durante las dos horas que duró el recorrido pudimos comprobar que Kiev es mucho más que la arquitectura comunista que esperaba. Son incontables los edificios reseñables con estilos que van desde el modernismo, al art nouveau o el neoclasicismo. Las historias que nos contaba la guía fueron el complemento perfecto a un tour de gran calidad, que fue convenientemente recompensado.

Variedad de estilos

 Esa mañana, desde un mirador sobre el río Dniéper, había visto unas playas fluviales que tenían muy buena pinta. Después del tour, le eché un vistazo al plano del metro, observé que había una estación (Hydropark) situada en una isla en el río y allá que fui.
 Me encontré con un complejo de ocio que, aparte de unas playas bastante competentes, contaba con pistas deportivas, bares, restaurantes... Sin duda un buen lugar para desconectar y relajarse.
Aquí si hay playa

 Me senté en la arena, mientras el sol se escondía por el horizonte. La pesadilla de Járkov me parecía algo muy lejano.
 Sin embargo, al día siguiente iba a visitar un lugar con reminiscencias infinítamente más trágicas.

2 comentarios:

Tyrannosaurus dijo...

Me alegro que el viaje remontará después de un mal inicio, echando por tierra el típico tópico de que lo que mal empieza... La ciudad de Kiev parece sumamente interesante, cultural y arquitectónicamente hablando.

Saludos en cuarentena.

Rufus dijo...

Bueno, había dejado el listón muy bajo. La cosa ya solo podía remontar.
Sin duda Kiev es un destino muy interesante desde muchos puntos de vista.

Saludos. Ya queda menos