viernes, 11 de noviembre de 2011

Cuota de activación

A pesar de que se pueden encontrar algunos chollos (como las porciones de pizza a un dólar), Nueva York es una ciudad bastante cara. La vivienda es prohibitiva. Y el alcohol es casi un artículo de lujo. Los serruchazos están a la orden del día en otras muchas cosas. Por si esto fuera poco, nos hemos encontrado con más de una sorpresa a la hora de pagar. En muchos casos, el precio que se anuncia o con el que están etiquetados los productos, no refleja las tasas. En los bares se suele dejar propina (1 dólar mínimo) cuando te sirven la bebida. En muchas ocasiones nuestra filosofía "ni un clavel" se veía desbaratada por esta letra pequeña que acompañaba nuestros desembolsos. Sin ir más lejos, el banquete con el que finalizaba mi anterior entrada se ofertaba por 20 dólares, pero el camarero nos avisó de que había que pagar 5 dólares más por "el servicio en mesa". En este caso ya nos ocupamos de rentabilizarlos con creces.
De todas estas "sorpresas", la que más me dejó con cara de tonto (más aún que la habitual) fue la que me clavaron cuando compré una tarjeta SIM estadounidense. Me las prometía muy felices, ya que el año pasado en Kansas me cobraron 16 dólares por un teléfono Nokia con SIM incluida. Ya me dijo mi amigo que Nueva York era otra cosa. Y vaya si lo era. A él le salió la broma por 30 dólares (una tarjeta prepago con 10 dólares de saldo). Fuimos a una tienda T-Mobile, y con actitud de pobretón le comenté a dependienta mi situación. Iba a estar sólo 10 días en el país y quería una opción económica. Me comentó que tenían tarjetas prepago de 10 ó 20 dólares. Sonaba bien. Por supuesto le pedí la de 10. Me hizo unas cuantas preguntas, y estuvo trasteando con el ordenador un rato metiendo datos para sacarme una factura y decirme que tenía que pagar 22 dólares. Le pregunté cómo podía haberse encarecido tanto la tarjeta en 5 minutos y me desglosó el importe: 10 dólares de saldo, 2 dólares de tasas y 10 dólares de...cuota de activación. Si alguien sabe lo que significa eso y por qué se debe cobrar que me lo explique. A partir de ese día, mi amigo y yo, aparte de partirnos el culo (más él, claro) recordándolo, llamamos "cuota de activación" a todo suplemento inesperado en el precio que pagamos por los servicios y productos que nos ofrece esta bendita ciudad.

5 comentarios:

Dina dijo...

Y digo yo... ¿y la foto de la rata?... ¿donde está?... (es que estoy en un momento obsesivo)

Rufus dijo...

¿A que viene esta rodentofilia? Que poco se imaginaba la rata cuando paseaba por el andén que iba a ser tan solicitada. EL caso es que no pega mucho con la filosofía de la entrada. Así que tranquila Dina, que te mandaré la foto del simpático roedor.

Dina dijo...

Rufus, chiqui, que cuando me da por un tema puedo ser obsesiva... muuuuuuuuy obsesiva

Rufus dijo...

Me asustas Dina. Te mando la foto y lo que haga falta...

Dina dijo...

jaja, no sé el "porcualo" te asusto... con lo viajado y leido que tu estas, jajaja