lunes, 11 de mayo de 2009

Portree la nuit

Tras casi un mes en la isla, por fin he salido un sábado por la noche y he podido comprobar cómo se mueve el asunto del pototeo. Hasta ahora mi única posibilidad de salir era en plan “me llamaban Trinidad”, pero no me acabo de sentir cómodo saliendo solo. En el curso de inglés he conocido a una húngara que me ha presentado a sus amigos. Uno de ellos es chef de un hotel y ha ido contratando a conocidos de su misma nacionalidad. Así, se ha establecido una colonia húngara en el hotel de unas 5 ó 6 personas. El chef me comentó que prefiere contratar a húngaros que a escoceses, ya que, según él, los nativos no suelen ser buenos trabajadores. Extremo que ha sido confirmado por mi jefa en el restaurante.
El sábado, tras unos cuantos tragos en “su” hotel y en mi piso nos dirigimos al, según me comentaron, único local donde se puede bailar y hay algo de vidilla en Portree. Hay bastantes pubs, pero son más de estar sentado. Eran sobre las 11 de la noche. Un poco tarde teniendo en cuenta que el cierre aquí se produce a las 12 y media. Tendré que volver a mis tiempos de bachiller y salir a las 7 u 8 de la tarde. No hay problema, siempre he pensado que es mucho más lógico hacer eso que salir a la una y volver a casa de día.
Intentamos entrar en el “Caledonian” pero nos dijo la portera que estaba lleno y que teníamos que esperar a que saliera gente. Tras unos 15 minutos de gélida espera (soportada por algunos locales en mangas de camisa) nos permitieron entrar. Se trata de un local de tamaño medio, con una pequeña pista de baile que los sábados está amenizada por una banda que toca versiones de música pop y rock. A pesar de llevar poco tiempo aquí vi muchas caras conocidas: la oficinista que no quiso abrime la cuenta en al banco, la que sí me la abrió, la cajera del supermercado… Es un garito poco conocido por los turistas en el que se da cita el “todo Portree”. A mi me hizo gracia por ser el primer día. Supongo que debe cansar con el paso del tiempo, viendo siempre los mismos caretos.
  Las mujeres, siguiendo los cánones anglosajones andaban sobre grandes tacones. A un par de ellas no les hacían falta. Si no eran más altas que yo, poco les faltaba. Eso de encontrarse pívots femeninos siempre es de agradecer.
 Conforme la gente abandonaba la barra, convenientemente provistos de alcohol, la pista de baile se iba animando y llenando. Donde caben 20 caben malamente 40. Y si encima esos 40 van tajados y vibran como locos con la banda de música, la habitual cortesía escocesa se transforma en empujones, pisotones y constante olor a pedo (en España, este aroma está enmascarado por el aún más nocivo olor a tabaco). Tras un mes de habitual soledad, tampoco me importunaron mucho estas apreturas. Se empezó a ver pototeo, pero el frotamiento brilló por su ausencia.
A las 12 y media de encendieron las luces y el grupo dejó de tocar. De tocar música, porque no faltó un trio de “gruppies” que les abordaron antes de que pudieran soltar las guitarras.
Y luego vino unos de los mejores momentos, el que mi amigo Luis Carlos bautizó como “la salida de los toros”. Mucha gente , a las 12 y media no tiene ganas de irse a casa. Otros esperan que venga el taxi. Y ese es un buen momento para entablar relaciones sociales, sin el impedimento de la ensordecedora música del local. Pudimos felicitar a una chica que acababa de cumplir los 18. Lo celebró marcándose un break-dance en medio de la calle, a pesar de llevar los reglamentarios tacones. La gente fue despejando la zona y decidimos regresar a nuestros cuarteles. En mi caso, un breve paseo de 20 segundos fue suficiente para alcanzar mi hogar. Ventajas de la vida en Portree.

6 comentarios:

Tyrannosaurus dijo...

Ya has hecho tu bautismo de fuego con las salidas nocturnas en Portree. Esperabamos esa cronica como agua de mayo. Supongo que pototear a la primera es muy ambicioso, seguro que tendras mas ocasiones. Eso de cerrar los bares a las 12 y media suena a poco civilizado. Por lo que veo Portree debe ser un estilo Twin Peaks o Cicely (Doctor en Alaska) en versión escocesa.

mar dijo...

buf!cerrando a las 12:30, la noche aun es mas larga!!!;-)aunque bueno, ya te van pesando los años...jajaja!besines guapo!

Gus dijo...

por fin una crónica del Pototaje. el caso era empezar, ahora es cuestión de tiempo lograr la merecida y tan ansiada adición.
sabes cómo se llamaba el grupo de música?

NO LO OLVIDES, LO QUE POTOTEA ES EL CUBICAJE

Rufus dijo...

Yo creo que cerrar a esas horas es demasiado civilizado. Esto es un pueblo de 3000 habitantes, tampoco esperaba que fuera parte de la ruta del bacalao.
Aqui la clave es empezar pronto. A ver si el proximo dia salimos a las 7 como en los viejos tiempos.
No tengo ni idea de como se llamaba. Pero no creo que tenga mucho predicamento fuera de la isla.

Gabriel Puyo dijo...

Eso, eso... más pototeo... ¿Qué sería la vida sin la enjundia del pototeo?
Exilio, una isla, casa compartida proximamente con una finlandesa, libertad... suena bien, ¿no?

Y a frotar... que es toda una cultura la del frotamiento. Recuerdas Rufus aquel apoteosico frotamiento bocadillo que disteis en Londres con el Master Pototeitor Luis Carlos?

Rufus dijo...

Claro que me acuerdo! Un frotamiento bocadillo no se olvida nunca.¿Qué sería de nosotros sin la vida que nos da el pototeo?